domingo, 2 de mayo de 2010

HERMENÉUTICA DEL TEXTO Y EL CON-TEXTO


"El lenguaje es la casa del ser.
En su vivienda mora el hombre”.
Martin Heidegger



El lenguaje pareciera estar relacionado inseparablemente con el pensamiento, pero no sólo nuestros contenidos mentales funcionan así, nuestra vida sensible, social y afectiva encuentra en el lenguaje el despliegue de su existencia. El lenguaje determina maneras de comportarse, crea la comunidad, nuestros ser con otros (mitsein en Heidegger) emerge en el lenguaje.

Por ello, al acercarnos a un texto no nos podemos limitar a describir formalmente lo que dice o la forma en la que lo dice. Menos si es un texto filosófico, el texto crea una situación particular, exige una manera de comportarse ante él. Estoy partiendo de una postura que busca ser respetuoso con el texto, una hermenéutica del cuidado.

El texto político o el texto poético, suelen diferenciarse claramente y exigen determinada manera de lectura, no sólo a la hora de interpretarlos, sino incluso cuando se describen. Cuando Michel Foucault nos habla de bio-política, por ejemplo, sus textos buscan agitar ciertas fibras conceptuales en el lector y develar la presencia del poder sobre la vida, no simplemente desarrollar una tesis. O Rayuela de Cortázar, no es meramente una novela que habla de determinados personajes, sino que busca crear ciertas sensaciones en el lector.

Así sucede con casi todos los tipos de texto. La hermenéutica tiene este tipo de cuestiones como centro de su qué hacer filosófico, esta disciplina intenta mostrar los misterios que guarda la lectura. La lectura, no es una actividad tan sencilla como pensamos comúnmente, guarda un campo de reflexión importante.

Y esta reflexión en torno a la interpretación del texto, es pertinente ya que el curso dedicará todo el segundo período académico al texto Teoría del Conocimiento. Nuestra lectura presupondrá una hermenéutica y una fenomenología del cuidado, lo que significa que comprenderemos el valor del lenguaje en la totalidad del ser del hombre, no sólo como vía del pensamiento o de la verdad. Además, presuponemos que la objetividad a la hora de interpretar no puede escapar a la subjetividad, es decir, a los sentimientos y experiencias del que lee.

Nuestra lectura contará con un amplio campo de visión, pues la lectura del texto debe darnos herramientas para realizar una lectura de nuestra realidad, de nuestro con-texto. Leer nuestra realidad es escuchar la silenciosa historia que día a día se escribe en nuestro entramado social, poner nuestros sentidos a percibir lo que vamos siendo, lo que como sociedad estamos construyendo.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

-HEIDEGGER, Martin. (1997) Caminos de Bosque. Alianza. Madrid.


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