martes, 16 de noviembre de 2010

RECUPERACIONES FINALES

ADVERTENCIA: El trabajo representa el 30% de la nota de recuperación, la evaluación abierta el 40% y la evaluación tipo ICFES de la recuperación el 30% restante.

TRABAJO DE RECUPERACIÓN CUARTO PERÍODO

PLAZO MÁXIMO DE ENTREGA JUEVES 25 DE NOVIEMBRE

A partir de la lectura de las páginas 79-105 responder la autoevaluación de las páginas 106-107 del texto Introducción a la filosofía I de Mario Albarrán. El cual, se encuentra en la biblioteca de la institución.

TALLER RECUPERACIÓN SEGUNDO PERÍODO

PLAZO MÁXIMO DE ENTREGA JUEVES 25 DE NOVIEMBRE

Con base en la lectura del libro Teoría del Conocimiento de Johannes Hessen, responder:

1. ¿Qué es dogmatismo?

2. ¿Qué es relativismo?

3. ¿Qué es subjetivismo?

4. ¿Qué es el racionalismo?

5. ¿Qué es el empirismo?

6. ¿Cuáles son las diferencias entre apriorismo e intelectualismo?

7. Frente a mí está un carro color azul modelo mazda 6. Esta afirmación realiza un juicio descriptivo. ¿Lo conozco realmente? Argumentar su respuesta desde el dogmatismo racionalista o el relativismo empirista.

8. ¿Qué significa epistemología?

9. Para el avance científico ¿Es importante la epistemología?

10. Relacione el siguiente fragmento literario con los temas vistos durante el segundo período.

“Soy Pink Tomate, el gato de Amarilla. A veces no sé si soy tomate o gato. En todo caso a veces me parece que soy un gato que le gustan los tomates o más bien un tomate con cara de gato. O algo así. Me gusta el olor a vodka con las flores. Me gusta ese olor en las mañanas cuando Amarilla llega de una fiesta llena de sudores y humos y me dice hola Pink y yo me digo mierda, esta Amarilla es cosa seria, nunca duerme, nunca come, nunca descansa, qué vaina, qué cosa tan seria. Claro que a veces me desespera cuando llega con la noche entre sus manos, con la desesperación en su boca y entonces se sienta en el sofá, me riega un poco de ceniza en el pelo, qué cosa tan seria, y empieza a cantar alguna canción triste, algo así como I want a trip trip trip como para poder resistir la mañana o para terminar de joderla trip trip trip.” Fragmento Opio en las Nubes, Rafael Chapado Madiedo. Premio nacional de literatura 1992

martes, 9 de noviembre de 2010

LOS PLURALISTAS Y SOFISTAS

Si Parménides y Heráclito llevaron la reflexión hacia la pregunta metafísica, hacia la pregunta por la totalidad. Leucipo y Demócrito traen devuelta al mundo, aparece la realidad material para confirmar las divagaciones metafísicas. El átomo como principio lógico y material, por lo que se han generado divergencias en si los atomistas son materialistas o idealistas. El átomo del que hablaron no puede asimilarse completamente con el átomo de la física moderna o contemporánea. Hegel consideró en su Historia de la filosofía, que el átomo era concebido como algo imposible de percibir, pero que era fundamento de las cosas como principio metafísico.

Para los materialistas, justamente el atomismo es su génesis. Pues si todo lo que existe es solo átomos y vacío, dichos átomos así como las cosas, son materiales.

Las fuerzas que generan el movimiento, la unidad y la pluralidad, serán tanto para los atomistas como para los demás pluralistas el centro de sus especulaciones. Desde la crítica a la concepción monista de Parménides, Empédocles de Agrigento (495-435 a. C.) concibe que la realidad es una esfera, en cuyo interior están contenido cuatro elementos mezclados que dan origen a todas las cosas (fuego, aire, tierra y agua). Los cambios y alteraciones de las cosas se explican por el amor y el odio presente en la existencia.

A diferencia de Anaxágoras (500-428 a.C.), quien postulara que la totalidad es el resultado de la mezcla de innumerables elementos o semillas que son cualitativamente distintas y divisibles hasta el infinito. Aunque compartía la concepción de la realidad como una esfera, ésta era movida inicialmente por el Nous, que quiere decir entendimiento, inteligencia o espíritu. Fue perseguido en Jonia y en Atenas por sus ideales políticos y monoteístas.

Con el triunfo de la democracia ateniense, se desarrolla esta polis como centro de las relaciones económicas, culturales y filosóficas del mundo griego. Comienzan a surgir ciertos maestros de la palabra denominados sofistas, caracterizados por su amplia sabiduría y su gran retórica. De los cuales resaltamos a Protágoras y Gorgias. Ambos reconocidos como grandes maestros del mundo griego. Fundamentados en el principio de la areté o virtud, el cual tiene para ellos un carácter humano y no natural. Es decir, ellos consideran que lo bueno puede ser enseñado y que todo conocimiento es un conocimiento humano y no uno en sí.

La diferencia entre los sofistas y los filósofos, es su carácter dubitativo relativista. Para ellos, el conocimiento no es un escenario de la reflexión pura, sino de la educación. Lo que produce la crítica de Sócrates y Platón, pues: “atacan decididamente este modo de filosofar abstracto y relativo, pues en este particular punto de vista cada cual justificaría su conducta, sus pasiones, su avaricia. Contrariamente a los sofistas, Sócrates y Platón postulan principios universales”. (1997:102) Fundamentados en la afirmación de Protágoras “el hombre es la medida de todas las cosas, de lo que es, en cuanto es, de lo que no es, en cuanto no es.” Aparece el problema del conocimiento desde la subjetividad.

Gorgias es incluso más radical pues afirma: 1) Nada existe, esto es que nada existe fuera de nuestras sensaciones puesto que son éstas la única vía por la cual, la cosa se hace presente al hombre. 2) Si algo existiera no podríamos conocerlo, es decir, puesto que las sensaciones nos engañan, sería imposible conocer la esencia de las cosas. 3) Pero si pudiéramos conocerlo no podríamos comunicarlo. Hemos pasado de la descripción de la realidad a partir de sus componentes más sutiles al cuestionar mismo del poder conocer.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

ALBARRÁN, Mario. (1997) Introducción a la filosofía I. Bogotá. Ed. Mc Graw-Hill.

sábado, 30 de octubre de 2010

TALLER PREGUNTA POR EL SER

1. ¿Cuáles son las tres partes en las que se divide el Poema de Parménides y de que tratan?
2. ¿Según Edmund Husserl por qué con Parménides inicia la filosofía?
3. ¿Cuáles son las diferencias que encuentra entre los naturalistas y Parménides?
4. ¿Cuáles son las características del Ser en Parménides?
5. ¿Cuáles son las características del Ser en Heráclito?
6. ¿Qué relación se podría encontrar entre el Ser de Parménides y la concepción de esencia en los dogmáticos?
7. ¿Qué relación se puede establecer entre Heráclito y el escepticismo moderno?
8. ¿Qué es metafísica y por qué en Parménides encontramos su origen?
9. ¿Qué es dialéctica y por qué se considera que Heráclito la empleaba?
10. Consultar sobre quienes eran Meliso de Samos y Zenón de Elea, explicar cuáles eran sus planteamientos.

miércoles, 27 de octubre de 2010

LA PREGUNTA POR EL SER

Para Martin Heidegger, la filosofía tenía como palabra un origen griego, por lo que todo en cuanto en ella encuentra su ámbito será un remitir a Grecia. A más de dos mil años de su auge y caída el mundo griego, tiene la costumbre de emerger una y otra vez en nuestra historia occidental.

Cuando Parménides y Heráclito entraron en confrontación teórica frente a si el ser emergía como unidad o como fluir, dibujaron dos claras líneas que se han mantenido en constante tensión. Epistemológicamente, socialmente y existencialmente tenemos ejemplos de dicha tensión.

La búsqueda de la verdad, de la no-contradicción y la unidad que se encuentran en Parménides fueron las líneas básicas de Platón, de Descartes y en últimas, de la tradición propia de la filosofía moderna. Los sofistas, los escépticos, los existencialistas y la postmodernidad bebieron por su parte de las palabras de Heráclito.

Frente a Parménides hay que reconocer, que en su Poema[1], figura cierto respeto por el lenguaje mítico y divino que hallaban en el filósofo el medio de manifestarse. Recordemos que este poema, inicia presentando al filósofo en un carruaje halado por unas yeguas hacia las alturas celestiales, acompañado por las Helíades, divinidades que permiten que la diosa Dike le de paso al filósofo para encontrarse con una divinidad indeterminada, conversación en la que:

“La divinidad toma la palabra para enunciar el discurso verdadero, mientras en el filósofo escucha y recuerda el relato. […] La misión del filósofo, en relación con lo que le define la divinidad, es más bien compleja y varias son sus tareas. El poeta-vidente debe guardar lo revelado, cuidarlo, transmitirlo”. (OSORIO; 2001:198)

El filósofo se presenta en la figura de un poeta-sabio-filósofo, debemos tener en cuenta la vinculación de Parménides a los ritos pitagóricos que explican cierta convicción en lo místico y la Unidad. Pero justamente esto permite encontrar que el origen de la filosofía metafísica se sigue presentando mediante el lenguaje poético, es decir, en el lenguaje del mundo y las afecciones. La verdad no aparece como logro humano, sino como revelación divina, vale la pena comprender que el término verdad que aparece en Parménides no es el mismo que heredamos de la lengua latina, pues aleqeia (alétheia) del griego significa des-ocultar, y no el sentido que tenemos desde el latín veritas.

El filósofo des-oculta el mundo, que en un primer momento se nos da a nuestra conciencia natural, y que posteriormente el filósofo somete a su reflexión. Los presocráticos adoptaron como diría Edmund Husserl, una actitud muy natural, pues al encontrarse con el mundo, lo supusieron existente y preguntaron por el mundo apelando al mundo mismo. Parménides es por lo tanto, el primer filósofo desde la interpretación husserliana y a su vez, el primer metafísico que podemos encontrar en la Antigua Grecia.


Su poema se divide en tres partes, el proemio, en el cual llega al contacto de la divinidad, el discurso sobre la verdad, que a su vez plantea su teoría sobre el Ser y la verdad, y la última parte del poema nos ha sido legada muy fragmentada lo que dificulta su comprensión.


La teoría del Ser en Parménides, es presentada por la divinidad mediante tres vías. La primera, es lo que es y no es No-ser, lo que significa que lo que es es (el ser) en cuanto no es el no-ser, existe el ser en tanto no existe la nada. La segunda, dice que es de lo que no es y es necesariamente No-ser, esto significa que no es (El ser), en tanto es el no-ser. No existe el ser, en cuanto lo que existe necesariamente es el no-ser, la nada. La tercera vía es el ser y el no-ser son considerados como lo mismo y no lo mismo, donde se consideran absolutamente diferenciados, siendo excluyentes e incompatibles, pero que se concilian. Se pueden reducir las tres vías a dos principios lógicos que mantienen la tensión, el de identidad, donde algo no puede ser y no-ser al mismo tiempo, y el de la unidad de los contrarios de la dialéctica, cuyos elementos son por separado y dejan de ser en la confluencia con la contraparte.

El ejemplo pitagórico del movimiento y el reposo, nos permiten esclarecer la primera vía que es adoptada por Parménides, pues uno deja de ser, donde el otro comienza. Pero no es posible afirmar que el no-ser movimiento sea, mientras el ser movimiento es. Las otras dos vías, son desechadas por Parménides, pues la segunda vía, implicaría que lo que no es sea, pero no es posible hablar de lo que no es, no es posible conocer lo que no existe y por lo tanto, no se podría afirmar la nada en la existencia. La tercera opción implicaría faltar a toda lógica desde Parménides, pues sería como algo que existe y no a la vez, por lo que en el Poema denomina a los que así piensan bicéfalos, lo que es un claro llamado contra la opinión imperante hasta ese momento, y parece que en especial contra Heráclito que se fundamentaba en la unidad de los contrarios. La opción metodológica de Parménides, deriva en la afirmación de la verdad, como dice el profesor Amado Osorio:

“La verdad exige, en primer lugar, ser una verdad de algo que es, y que es de una manera absoluta. De algo que no es, es obvio, para Parménides, que no se puede tener ningún asidero existencial para decir qué es o cómo es. Este es el razonamiento base; es como la idea principal que guía a Parménides en su confrontación con la nada”. (2001:227)

Hay en ello, una relación gnoseológica, ontológica y discursiva, que aparece por primera vez en Parménides y que se hereda a la filosofía posterior. Pero ¿Cómo es el Ser? ¿Cuál es su naturaleza? A lo que Parménides afirma:

“Sólo un discurso como vía queda: Es. En éste hay signos múltiples de que lo Ente es ingénito e imperecedero, pues es completo, imperturbable y sin fin. No ha sido ni será en cierto momento, pues es ahora todo a la vez, uno, continuo. Pues, ¿Qué nacimiento le buscarías? ¿Cómo, de dónde habría nacido? Ni de lo No-ente permitiré que digas o pienses; pues ni expresable ni concebible es que no es. Pues, ¿Qué necesidad a nacer antes o después le impulsaría si procediese de la Nada? Así, es necesario que sea absolutamente o no.” (8,1-8,5-8,10)

El ser no tiene principio, ni fin, porque sería pensar que en algún momento no era o dejará de ser. Es indivisible, porque supondría que algo hay en medio. Es inmutable, ya que dejaría de ser. Es en el presente. Parménides es radical, por lo tanto, en sus afirmaciones. No habla de los entes, sino del Ente, único y esférico. En eterno aquí y ahora.

Por su parte, Heráclito representa el movimiento continuo del Ser. Dentro de la lógica dialéctica que expone, y de la que contamos con algunos fragmentos recopilados, aparece tanto el ser y como el no-ser. Mientras Parménides se desconecta del mundo empírico, en Heráclito se apela al evidente devenir de la existencia sensible.

En esta lógica dialéctica: “Cada elemento antitético, a pesar de la apariencia de que él es el soporte exclusivo de sí mismo, tiene fundamento en el otro, lo que exige la necesidad de su reconocimiento, porque en Heráclito, lo que no acontece en Parménides”. (2001:328) El absoluto, es decir, la existencia en su conjunto, encuentra la identidad y la unidad, justamente en la contradicción y la diferencia. Para que se pueda identificar lo que es, hay que diferenciarlo de algo, y ese algo es aquello que no es. Amado Osorio así lo explica: “La ontología de la nada puede forjar hondas desesperanzas, pero es necesaria para una captación completa de la verdad: toda cosa es y no es. Así, soy y no soy. No soy en cuanto no soy lo otro; en cuanto no soy del todo; en cuanto muchas otras cosas son y yo no soy lo que son ellas.” (2001:333) El devenir de la existencia en Heráclito, supone un movimiento entre ser y no ser.

Nos encontramos por lo tanto, en una cuestión filosófica totalmente diferente a la inaugurada por Tales, la cual era una cosmogonía, cuestión que repercute en la ontología que Parménides y Heráclito desarrollan.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


PARMÉNIDES. Poema. En: Introducción a la filosofía presocrática. U. de Caldas. Manizales

OSORIO, Amado. (2001) Introducción a la filosofía presocrática. U. de Caldas. Manizales























[1] Al que se le atribuye el nombre de Sobre el ser o sobre la naturaleza. Compilado por Simplicio y Sexto Empírico.

martes, 7 de septiembre de 2010

CUANDO YO VINE A ESTE MUNDO

Por Nicolás Guillén

Cuando yo vine a este mundo,

nadie me estaba esperando;

así mi dolor profundo

se me alivia caminando,

pues cuando vine a este mundo,

te digo,

nadie me estaba esperando.

Miro a los hombres nacer,

miro a los hombres pasar;

hay que andar,

hay que mirar para ver,

hay que andar.

Otros lloran, yo me río,

porque la risa es salud:

lanza de mi poderío,

coraza de mi virtud.

Otros lloran, yo me río,

porque la risa es salud.

Camino sobre mis pies,

sin muletas ni bastón,

y mi voz entera es

la voz entera del sol.

Camino sobre mis pies,

sin muletas ni bastón.

Con el alma en carne viva,

abajo, sueño y trabajo;

ya estará el de abajo arriba,

cuando el de arriba esté abajo.

Con el alma en carne viva,

abajo, sueño y trabajo.

Hay gentes que no me quieren,

porque muy humilde soy;

ya verán cómo se mueren,

y que hasta a su entierro voy,

con eso y que no me quieren

porque muy humilde soy.

Miro a los hombres nacer,

miro a los hombres pasar;

hay que andar,

hay que vivir para ver,

hay que andar.

Cuando yo vine a este mundo,

te digo,

nadie me estaba esperando;

así mi dolor profundo,

te digo,

se me alivia caminando,

te digo,

pues cuando vine a este mundo,

te digo,

¡nadie me estaba esperando!

viernes, 20 de agosto de 2010

LO SAGRADO EN EL MITO


“En todas las cosas, naturales y humanas, el origen es lo más excelso.”

Platón


Comúnmente, nuestras madres y abuelas suelen atribuirle a los fenómenos naturales orígenes o explicaciones sobrenaturales relacionados con Dios o algún santo. Cuando algo triste o incluso inesperadamente afortunado sucede, es habitual escucharlas decir “es porque Dios quiere” o expresiones similares. Esto no es un hecho aislado, que se explique a partir de un dogma religioso, sino que es una conducta natural del ser humano hacia dotar al mundo y a su devenir de algún carácter sagrado.

Es constante de todas nuestras sociedades la construcción de una tradición oral o escrita de discursos sagrados, discursos que representan la explicación más “real” del origen de las cosas. Y de todos aquellos discursos, hay los que hablan de El Origen mismo. Desde nuestros pueblos indígenas hasta la más apartada isla de la Polinesia, desde el cristianismo, el judaísmo, el hinduismo hasta la religión de la Antigua Grecia, encontramos que entre los relatos sagrados el más importante es el que habla de los inicios del Cosmos.

Es así, que en palabras del filósofo e historiador Mircea Eliade (1907-1986): “El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, en el tiempo de los fabulosos comienzos.” (1991:12) El mito, es la explicación originaria, la cosmogonía de una forma de contemplar el mundo. Pues para las religiones sus mitos no son fábulas, sino verdades.

Normalmente asociamos la palabra mito con fábula, mentira o creación literaria. La tradición desde el surgimiento de la filosofía hablaba de una superación del mito, por parte de la razón. En la época moderna se acentúo esta máxima de la filosofía, al proclamar que la razón todo lo podía. Todo discurso mítico fue reemplazado por la explicación racional y científica, y de un mundo mágico y divinizado pasamos a un mundo matematizado y desencantado.

Frente a ello, tenemos dos opciones. La primera, continuar contraponiendo razón y mito, en desmérito de la segunda. Aplicando el rasero de la razón y esterilizando la pluralidad de significados que los pueblos le han encontrado a su mundo y a su vida. La segunda, escuchar sus relatos, mirar por sus ojos, habitar sus palabras, caminarlas. Pues como Mircea Eliade afirmó: “Conocer los mitos es aprender el secreto del origen de las cosas. En otros términos: se aprende no sólo cómo las cosas han llegado a la existencia, sino también dónde encontrarlas y cómo hacerlas reaparecer.” (1991:20)

La segunda opción, siguiendo a Eliade se fundamenta en que el mito no pretende ser conocimiento (episteme) sobre algo, no agota el misterio ontológico de las cosas. A diferencia de la epistemología contemporánea que si intenta hacerlo. Cuando los pueblos indígenas de Nuestra América nos hablan que el agua es sagrada, que la montaña también, no lo hacen en sentido descriptivo, sino ontológico.

El lenguaje mitológico, está plagado de sentido ontológico. De allí los pueblos derivan sus formas de vida y el sentido de sus actividades. Pues: “El Mundo---habla—al hombre y para, comprender este lenguaje, basta conocer los mitos y descifrar los símbolos. […]El Mundo no es ya una masa opaca de objetos amontonados arbitrariamente, sino un cosmos viviente, articulado y significativo.” (1991:149)

No hay una intencionalidad expresa, los mitos no se configuran para ser más o menos creíbles, simplemente emergen del contacto de una comunidad con su entorno. Aunque el cristianismo ha sido más plástico ante la razón occidental que cualquier otra religión y ha renunciado a su lenguaje mitológico, pues desde su contacto con el mundo grecorromano debió hacerlo para alcanzar la posición que alcanzó dentro del mismo.

La falta de mitos, deja al hombre en la simpleza de un mundo que está allí para ser dominado y comprendido por la ciencia. El mundo es un instrumento para el “progreso” y la felicidad del hombre, que muchas veces supone enriquecimiento de algunos hombres.

Los pueblos indígenas del Ecuador entorno a la defensa del Yasuní , territorio sagrado para las comunidades Huaorani que allí habitan, han expuesto argumentos frente a la legislaciones que sobre lo sagrado se vienen dictando, pues para ellos no es posible legislar, por ejemplo, sobre el agua ya que sería como pedirle a un católico que se haga una ley sobre la Virgen María.

Retornar al mito, es un retorno a la memoria de los pueblos. No para reemplazar nuestro conocimiento científico, sino para multiplicar los significados, para llenar de colores nuestro gris panorama. Para poetizar el mundo, dejando que el mundo nos envuelva en palabras, para ser habitados por la palabra. Recordando lo que alguna vez dijo Aristóteles en la Poética: “el poetizar es más verdadero que el enunciar del ente”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ELIADE, Mircea. (1991) Mito y Realidad. Editorial Labor. Barcelona

miércoles, 18 de agosto de 2010