miércoles, 21 de julio de 2010

¿Cómo escribir un ensayo?

“la duda es el estado perfecto del espíritu; enseñar a dudar

es la única manera de enseñar a pensar”

José María Vargas Vila

El ensayo, el intento, la aventura. Escribir suele ser peligroso, y lejos de las opiniones de Nietzsche, hoy incluso los plebeyos podemos escribir. El ensayo representa tal vez la forma más sencilla y contundente de hacer públicas nuestras ideas.

Montaigne (1533-1592) suele ser reconocido como el creador de la escritura tipo ensayo, su obra maestra Essais da título a este estilo literario. El ensayo proviene de la raíz latina exagium que significa “pesar en la balanza”. Las características fundamentales de la escritura tipo ensayo, son las mismas que según el profesor antioqueño Jaime Alberto Vélez (1950-2003) se encontraban en la obra de Montaigne que manifiestan el equilibrio entre la aventura y el orden.

La libertad que supone escribir sin tener un propósito determinado. El ensayo tiene un punto de partida, pero seguramente no sabe el escritor, cuál es su final. El carácter de inconcluso del ensayo, lo separan de la intencionalidad que suponen otros estilos literarios.

La visión propia contra el sesgo “objetivista” que cede paso a la expresión libre de una opinión formada. Dice Vélez: “de modo que mientras mayor urgencia por transmitir una verdad rija la labor del escritor, más terminará distanciándose del ensayo y más se acercará al tratado”. (2000:35)

Opinión no quiere decir que sea cualquier idea que se pase por la cabeza, es una percepción formada, reflexiva y crítica que se ha sedimentado en la persona que escribe. El ensayo no busca ser la verdad absoluta y definitiva de un asunto, sino un intento de ser tomado en cuenta. El ensayista escribe porque lo que dice vale ser tenido en cuenta.

En su aspecto formal, el buen ensayo “alcanza, por lo general, la extensión de una carta o la duración de una conversación agradable, justo antes de que caiga en lo tedioso.” (200:33) plantea a su vez un tema, expresa una opinión y marginalmente emplea citas. Aunque el ensayo se forma a partir de la originalidad y creatividad del escritor, no puede caer en lo que afirmaba Ernesto Sábato: “esa pedantería al revés, propia de los sabios, que se caracterizan por citarse a sí mismos y despreciar las opiniones de los demás”. (200:40)

En el ensayo, la forma da importancia al contenido. El lenguaje que se emplea es para entrar en conversación con toda una cultura. La sencillez a la hora de mostrar una opinión la humildad del ensayista es una de sus grandes características. El profesor Vélez lo trae a colación con la frase de Montaigne --Que sais-je?-- como prueba de ello. El ensayo está abierto no sólo a los eruditos o académicos.

En Colombia, el ensayo ha sido uno de los géneros literarios que más reconocimiento nos ha merecido. Aún así, en los finales del siglo XIX y principios del siglo XX el ensayo era una categoría para los escritos que no la tenían. Era un despropósito afirmar que alguien era ensayista, pero ello representaba la malinterpretación que se tenía del género en nuestro país.

Rafael Núñez(1825-1894) quien fuera presidente de los Estados Unidos de Colombia y creador de la Constitución de 1986, además creador de nuestro actual himno nacional. Fue quizás el primero en dar aceptación a Montaigne, incluso entre sus escritos se lee la frase --Que sais-je?-- lo que en muchos círculos del pensamiento liberal fue calando y poco a poco fue ganando respeto a favor del género.

Bartolomero Sanín Cano (1861-1957) escritor y eminente pensador antioqueño fue de los primeros que comenzara a dedicar su tiempo a la escritura tipo ensayo. Afirmó que: “la filología[1], parte fundamental del bagaje literario en los cultores del arte de representar la vida por medio de las palabras, ha sido aquí materia de curioso entretenimiento para tres o cuatro personas en un siglo”. (2000:47)

Pues muchos de nuestros intelectuales optaron por la docencia, la política o el periodismo, antes que por arriesgarse a la escritura libre que suponía el ensayo, nombres como los de Vargas Vila y Caballero Calderón no sucumbieron a aquellas críticas que se hacían a quienes divagaban en la especulación, mientras el país del siglo XIX se desangraba como siempre en el conflicto interno.

Vale mencionar los periódicos que Vélez nombra en su texto como baluartes del pensamiento pues era en la Revista contemporánea, Revista de América, Universidad, Revista de Indias, Mito y Eco, donde se encontraban algunos de los escritores más críticos de finales del siglo XIX y principios del XX en Colombia.

El ensayo comparte la seducción de la libertad, el orden de las ideas, la creatividad y originalidad del autor, lo punzante de lo crítico y lo impactante del estilo. Es precisamente el ensayo, el intento de dejar ser a la palabra a través de uno.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

VÉLEZ, Jaime Alberto. (2000) El ensayo: entre la aventura y el orden. Taurus. Bogotá.




[1] La filología (del latín philologĭa y éste del griego φιλολογία, “amor o interés por las palabras”) es la ciencia que se ocupa del estudio de los textos escritos, a través de los cuales intenta reconstruir, lo más fielmente posible, los textos originales con el respaldo de la cultura que en ellos subyace. El filólogo se sirve, por tanto, del estudio del lenguaje, la literatura y demás manifestaciones escritas, en cuanto constituyen la expresión de una comunidad cultural determinada. Alternativamente, la filología puede ser un término usado antes del siglo XX para lo que ahora se entiende como la lingüística.

2 comentarios:

  1. Luis Alejandro González Soto (10ª2)23 de julio de 2010, 12:46

    La palabra “ensayo” quiere decir algo que no está completo, y al principio se recurrió a esta para designar cierto tipo de literatura que no encajaba dentro de los géneros tradicionales que se caracterizaban por el enfoque subjetivo con que eran tratados ciertos remas. Es por consiguiente, un genero relativamente moderno.

    El primero en utilizar este término fue el francés Miguel de Montaigne (1533-1592), quien dio el titulo de Ensayos a sus confesiones individuales. Algunos de sus temas son: “Del cariño de los Padres para con sus Hijos”, “De la pereza”, “De la vanidad”.

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  2. Daniel Andrés González Soto (10ª2)23 de julio de 2010, 13:14

    Para muchos escribir un ensayo sintetiza sus ideas, este pensamiento es erróneo porque es escribir cualquier cosa, en un ensayo se mide un bagaje elegante, un pensamiento de alta manufactura. El ensayo no debe ser un palique soso donde este implícito la plebe del conocimiento.

    En esta conversación prima los tópicos expuestos y su duración, ya que si no se tornaría una charla monótona y de baja importancia. Porque el estrafalario y lúgubre mundo no mas piensa para si mismo, en el verdadero acto de escribir se mide las capacidades cognitivas del ser humano, por eso hay que escribir para “todos y para ninguno”.

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