viernes, 20 de agosto de 2010

LO SAGRADO EN EL MITO


“En todas las cosas, naturales y humanas, el origen es lo más excelso.”

Platón


Comúnmente, nuestras madres y abuelas suelen atribuirle a los fenómenos naturales orígenes o explicaciones sobrenaturales relacionados con Dios o algún santo. Cuando algo triste o incluso inesperadamente afortunado sucede, es habitual escucharlas decir “es porque Dios quiere” o expresiones similares. Esto no es un hecho aislado, que se explique a partir de un dogma religioso, sino que es una conducta natural del ser humano hacia dotar al mundo y a su devenir de algún carácter sagrado.

Es constante de todas nuestras sociedades la construcción de una tradición oral o escrita de discursos sagrados, discursos que representan la explicación más “real” del origen de las cosas. Y de todos aquellos discursos, hay los que hablan de El Origen mismo. Desde nuestros pueblos indígenas hasta la más apartada isla de la Polinesia, desde el cristianismo, el judaísmo, el hinduismo hasta la religión de la Antigua Grecia, encontramos que entre los relatos sagrados el más importante es el que habla de los inicios del Cosmos.

Es así, que en palabras del filósofo e historiador Mircea Eliade (1907-1986): “El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, en el tiempo de los fabulosos comienzos.” (1991:12) El mito, es la explicación originaria, la cosmogonía de una forma de contemplar el mundo. Pues para las religiones sus mitos no son fábulas, sino verdades.

Normalmente asociamos la palabra mito con fábula, mentira o creación literaria. La tradición desde el surgimiento de la filosofía hablaba de una superación del mito, por parte de la razón. En la época moderna se acentúo esta máxima de la filosofía, al proclamar que la razón todo lo podía. Todo discurso mítico fue reemplazado por la explicación racional y científica, y de un mundo mágico y divinizado pasamos a un mundo matematizado y desencantado.

Frente a ello, tenemos dos opciones. La primera, continuar contraponiendo razón y mito, en desmérito de la segunda. Aplicando el rasero de la razón y esterilizando la pluralidad de significados que los pueblos le han encontrado a su mundo y a su vida. La segunda, escuchar sus relatos, mirar por sus ojos, habitar sus palabras, caminarlas. Pues como Mircea Eliade afirmó: “Conocer los mitos es aprender el secreto del origen de las cosas. En otros términos: se aprende no sólo cómo las cosas han llegado a la existencia, sino también dónde encontrarlas y cómo hacerlas reaparecer.” (1991:20)

La segunda opción, siguiendo a Eliade se fundamenta en que el mito no pretende ser conocimiento (episteme) sobre algo, no agota el misterio ontológico de las cosas. A diferencia de la epistemología contemporánea que si intenta hacerlo. Cuando los pueblos indígenas de Nuestra América nos hablan que el agua es sagrada, que la montaña también, no lo hacen en sentido descriptivo, sino ontológico.

El lenguaje mitológico, está plagado de sentido ontológico. De allí los pueblos derivan sus formas de vida y el sentido de sus actividades. Pues: “El Mundo---habla—al hombre y para, comprender este lenguaje, basta conocer los mitos y descifrar los símbolos. […]El Mundo no es ya una masa opaca de objetos amontonados arbitrariamente, sino un cosmos viviente, articulado y significativo.” (1991:149)

No hay una intencionalidad expresa, los mitos no se configuran para ser más o menos creíbles, simplemente emergen del contacto de una comunidad con su entorno. Aunque el cristianismo ha sido más plástico ante la razón occidental que cualquier otra religión y ha renunciado a su lenguaje mitológico, pues desde su contacto con el mundo grecorromano debió hacerlo para alcanzar la posición que alcanzó dentro del mismo.

La falta de mitos, deja al hombre en la simpleza de un mundo que está allí para ser dominado y comprendido por la ciencia. El mundo es un instrumento para el “progreso” y la felicidad del hombre, que muchas veces supone enriquecimiento de algunos hombres.

Los pueblos indígenas del Ecuador entorno a la defensa del Yasuní , territorio sagrado para las comunidades Huaorani que allí habitan, han expuesto argumentos frente a la legislaciones que sobre lo sagrado se vienen dictando, pues para ellos no es posible legislar, por ejemplo, sobre el agua ya que sería como pedirle a un católico que se haga una ley sobre la Virgen María.

Retornar al mito, es un retorno a la memoria de los pueblos. No para reemplazar nuestro conocimiento científico, sino para multiplicar los significados, para llenar de colores nuestro gris panorama. Para poetizar el mundo, dejando que el mundo nos envuelva en palabras, para ser habitados por la palabra. Recordando lo que alguna vez dijo Aristóteles en la Poética: “el poetizar es más verdadero que el enunciar del ente”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ELIADE, Mircea. (1991) Mito y Realidad. Editorial Labor. Barcelona

miércoles, 18 de agosto de 2010

viernes, 13 de agosto de 2010

GRECIA: CONTEXTO HISTÓRICO



Después de miles de años el pueblo de la antigua Grecia se mantiene como el paradigma de la cultura occidental. Su literatura, medicina, deportes y filosofía siguen maravillando a todo el planeta. Los conceptos que nos legaron, permiten el desarrollo de nuestra civilización y su evocación es una constante de todas las épocas.


Martin Heidegger afirmaba que la palabra filosofía, en tanto que griega, exigía entrar en diálogo con el mundo griego. No es posible hablar de esta vieja palabra, sin hacer referencia a nombres como los de Tales, Sócrates, Platón y Aristóteles. Pero no sólo la filosofía tiene una fuerte raíz griega, podemos encontrar en palabras tan importantes para nuestra cultura como lo son Democracia, Justicia, Hombre, Humanidad, Ética, Política y Amor.

Por lo tanto, el estudio de la cultura griega no es una labor de memorización de fechas y datos, sino el contacto con el mismo origen de lo que somos. La historia nos pasa y nos repasa en un eterno retorno de lo mismo, como decía Nietzsche. Las preocupaciones de los griegos, son muy similares a las nuestras.

Hoy en Colombia, donde la injusticia camina rampante por el campo y la ciudad, donde la cultura de la muerte y la violencia desgarra la vida de la inmensa mayoría de compatriotas, se hace sumamente necesaria la reflexión del concepto mismo de Justicia. Reflexión que se enriquecería en el diálogo con el origen mismo del concepto, que nos lleva irremediablemente al mundo griego.

El eco griego todavía se escucha en nuestras polis (ciudades). La ciudad fue el motor de la vida griega. Allí transcurría el devenir de su cultura, en el ágora (plaza pública) se exponían los problemas de la comunidad y se entablaban los debates más importantes. Cada polis (ciudad) tenía su propio gobierno, por lo que no es posible hablar de Grecia como un Estado, en la acepción moderna del término.

Cuando hablamos de la antigua Grecia, hablamos de un conjunto de polis (ciudades) que habitaban en la península del Peloponeso y multitud de islas por todo el mar Mediterráneo desde Sicilia y algunos sectores de lo que hoy es Francia, España e Italia hasta la costa de lo que hoy es Turquía. Este pueblo floreció entre los años 2000 a. C y el primer siglo de la era cristiana, cuando cayó en manos del Imperio Romano.

Los elementos de unidad fueron el idioma, la religión y los nexos económicos. Sin embargo, era común que las ciudades se disputaran el control militar y económico de ciertas zonas o colonias. La primera gran polis griega fue Cnosos en Creta, su posición en medio del mar Mediterráneo hizo de esta ciudad un punto de encuentro entre Oriente y Occidente. Su dominio marítimo le permitió entrar en contacto con regiones del África, Asia y Europa. La etapa de dominio cretense se denomina Edad Minoica (2.000-1.100 a. C) por el nombre de su rey más representativo Minos. Durante esta etapa se produjeron varias guerras entre ciudades del mundo griego como la Guerra de Troya, de la cual trata La Ilíada de Homero. Esta es la etapa de mayor producción literaria de los “poetas” como Hesiodo y Homero. También es la de consolidación de lo “griego”.

En el año 1.100 Creta fue sacudida por una gran erupción volcánica que acabó con varias ciudades y dejó en ruinas a Cnosos. El final del esplendor cultural derivó en lo que se conoce como la Edad Oscura (1100-750 a. C) del mundo griego, donde no se produjeron la misma cantidad de textos que antes, lo que no permite saber mucho de este período histórico. Atenas y Esparta se fueron consolidando como las dos principales ciudades griegas en la Edad Arcaica (750-500 a. C) durante este período nacen los primeros filósofos y a la par de la tiranía, se gesta los ideales democráticos que posteriormente caracterizarían a Grecia.



El período Clásico (500-323 a. C) fue el momento de mayor desarrollo cultural y económico de Grecia, también el de mayor rivalidad entre Atenas y Esparta, donde la primera se dedicó al cultivo de la música, la filosofía y la ciencia, mientras la otra ciudad se dedicó al desarrollo militar, después de soportar dos invasiones persas en las conocidas como Guerras Médicas (480-449). Se produjo la Guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta (431-404 a. C) de los combates internos de los griegos Macedonia, que hasta ese momento era un pequeño estado al norte de Grecia, se vio beneficiada y en el año 338 a. C invadió a Grecia, las tropas del rey Filipo I derrotaron al conjunto total de las ciudades griegas. Esta invasión provocó la absorción por parte de los macedonios de la cultura griega, convirtiendo a los dioses griegos en los suyos, las costumbres griegas en las suyas.

Alejandro quien fuera el sucesor de Filipo I, llevó las fronteras de Macedonia hasta lo más profundo de Asia y con ello la cultura griega. Este período es llamado el Helenístico (323-146 a. C) pues el acumulado cultural de Grecia se impuso dentro de lo que ha sido el Imperio más grande de la historia. Con la muerte de Alejandro por pena de amor, pues su amante era uno de sus principales generales y al no soportar la muerte de éste, Alejandro Magno se entregó al licor y murió de Cirrosis. El Imperio fue dividido entre sus sucesores, lo que debilitó la unidad del mismo y esto permitió que en el 146 a. C. los romanos conquistaran Grecia. Los romanos al igual que los macedonios se “helenizaron” a tal punto que hicieron la religión griega la religión del Imperio. Los cristianos posteriormente utilizaron los textos de Platón y Aristóteles para fundamentar teóricamente su religión. Y en el Renacimiento (siglos XV y XVI d. C), los humanistas hicieron como bandera suya el rescate de los valores griegos.

En la filosofía, el referente siempre han sido las obras de los griegos. En la filosofía contemporánea, Nietzsche y Heidegger subrayaron la importancia de rescatar ciertos elementos originarios de la filosofía en Grecia. En conclusión, la vigencia del pensamiento griego a más de 2000 años de su auge, ya de por sí da valor a su estudio detenido y rumiante del mismo.

domingo, 8 de agosto de 2010

LA LECTURA DE LA MEMORIA

A un general

Región de manos sucias de pinceles sin pelo
de niños boca abajo de cepillos de dientes
Zona donde la rata se ennoblece
y hay banderas inhumanas y cantan himnos
y alguien te prende, hijo de puta,
una medalla sobre el pecho
Y te pudres lo mismo.

Julio Cortázar.

Para Hegel, la filosofía era una época expresada en conceptos. La determinación de la historia sobre los hombres ha sido una de las discusiones que más fuerza han tenido desde la aparición del pensamiento hegeliano y posteriormente con el marxismo.

Teodoro Adorno, víctima y espectador de la Segunda Guerra Mundial afirmó que no era posible escribir poesía después de Auschwitz. Su afirmación solo puede explicarse dentro de lo que Hegel ya nos había dicho. La historia nos pasa y nos repasa, somos en la medida en que habitamos y habitamos en tanto contexto. Somos con otros que estaban antes, somos producto del legado histórico que recibimos y la historia que vamos escribiendo con otros.

Argentina vivió una de las más crueles dictaduras del continente Eva Perón, presidenta del país fue detenida el 24 de marzo de 1976 por miembros de las Fuerzas Armadas, iniciándose el Gobierno de la junta militar encabezada por el General Jorge Rafael Videla. La censura y el autoritarismo no se hicieron esperar:

(Comunicado N° 19, 24/03/76) Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales. (Diario "La Prensa", 24 de marzo de 1976).

Los desaparecidos se contaron por varios miles y en su mayoría fueron trabajadores o estudiantes que simpatizaban o militaban con organizaciones populares. Acusados de actividades subversivas y terrorismo personas que no cometían otro delito que expresar su inconformismo, o por mera sospecha eran secuestrados y torturados en lugares clandestinos.

La operación conocida como la “Noche de los lápices”, que se desarrolló entre agosto y octubre de 1976, implicó el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata, que habían luchado en defensa de un boleto estudiantil. Como respuesta a ello en 1977 se crea la organización de las Madres de Plaza de Mayo, la cual fuera la más visible fuerza de oposición a la dictadura. Este grupo de mujeres fue compuesto en su mayoría por las madres de los desaparecidos y torturados.

Tras la derrota Argentina en la Guerra de las Malvinas en 1982, donde el Reino Unido mantuvo su dominio sobre las islas. La junta militar convocó elecciones para el 30 de octubre de 1983, donde fue electo Raúl Alfonsín como presidente, iniciando el proceso de transición democrática.

La marca de la dictadura no sólo se puede leer en las mejillas de las madres, que escribieron con lágrimas el dolor de la represión. El rock nacional argentino evidencia las marcas de la rebeldía juvenil que se oponía a la dictadura. León Gieco, Fito Páez y Charly García entre otros fueron testigos de toda la dictadura y sus canciones evidencian la esperanza de cambio de la juventud argentina de ese entonces.

Demoliendo Hoteles-Charly García
Fragmento

Yo que nací con Videla
yo que nací sin poder
yo que luché por la libertad
y nunca la pude tener,
yo que viví entre fachistas
yo que morí en el altar
yo que crecí con los que estaban bien
pero a la noche estaba todo mal.

Julio Cortázar escribió en el exilio y plasmó en la literatura, lo que otros hicieron en la música. Tal vez no sólo la filosofía es una época hecha conceptos, sino que el arte en general es el registro de nuestra historia. Argentina nos permite leer incluso 27 años después las huellas de la dictadura en su música, su cine y su literatura.

¿Cuál es el rastro de la historia colombiana en nuestra filosofía? ¿Qué nos permite leer de nuestra historia la música, el cine y la literatura nacional? Una hermenéutica de lo nuestro también nos debe develar las marcas que la historia inscribe en nuestra piel, en lo que somos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
-KOROL, Claudia. (2003). Los duelos de la memoria y las memorias de la rebeldía.
-CORTÁZAR, Julio. (1950). Divertimento.

domingo, 1 de agosto de 2010

Los duelos de la memoria y las memorias de la rebeldía

Excelente aproximación y lectura de una época trágica y dolorosa para Nuestra América. El texto es de Claudia Korol.